Es un proceso natural del envejecimiento en que el cristalino pierde su elasticidad y por lo tanto, su capacidad de enfocar bien objetos de cerca. No existe una cura para la Presbicia. La visión, al igual que muchas facultades de nuestro cuerpo humano, comienza a deteriorarse desde que nacemos. Hasta que, a los 53 años, se pierde totalmente la capacidad de enfocar objetos a la distancia de lectura, que suele manifestarse, en la mayoría de las personas con una paulatina pérdida de la capacidad para ver a menos de un metro de distancia.